En el año 2019 los socios y socias del Club Rotary Catatumbo, acompañados del Grupo de Rotary para el Fomento de la Comunidad (GRFC) de Valle Frío II, iniciaron el Programa “Sonrisas que alimentan”, con el propósito de brindar alimentación nutritiva a los niños, niñas, adultos mayores y mujeres embarazadas del populoso sector maracaibero. En este artículo abordo algunos detalles sobre el proyecto social. ¡Conócelos!
Por: Ana
Cristina Chávez Arrieta
Laura Esquivel afirma en su libro Íntimas suculencias.
Tratado filosófico de cocina que “uno es
lo que come, con quién lo come y cómo lo come”, en una clara alusión al
acto de la comida como un hecho social y colectivo. Al recordar los alimentos
que preparaban su madre y su abuela, la también autora de Como agua para
chocolate, asegura que “permanecían dentro de nuestros cuerpos
por muchas horas, alterando químicamente nuestro organismo, nutriéndonos el
alma, el espíritu, dándonos identidad, lengua, patria”, y es que en los hogares latinoamericanos
el amor pasa por la cocina, la cual es sinónimo de encuentro y celebración,
porque alimentarse no solo es una necesidad fisiológica y de sobrevivencia,
sino también un abrazo que reconforta en momentos claves.
Así lo
entendió el equipo de Rotary Catatumbo, organización social radicada en la
ciudad de Maracaibo, Venezuela. En consecuencia, guiados por el lema de
servicio de Rotary Internacional “Dar de sí antes de pensar en sí”, en el año
2019 los rotarios y rotarias de Catatumbo, acompañados del Grupo de Rotary para
el Fomento de la Comunidad (GRFC) de Valle Frío II, iniciaron el Programa
“Sonrisas que alimentan”, con el propósito de brindar alimentación nutritiva a
los niños, niñas, adultos mayores y mujeres embarazadas del populoso sector
maracaibero.
Cada quince días el equipo del GRFC Valle Frío II se reúne desde temprano para preparar el almuerzo que ofrecerán a los 125 habitantes de la comunidad previamente censados y, cuya situación de vulnerabilidad socioeconómica, ha sido estudiada. En un contexto de crisis como el venezolano, el proyecto “Sonrisas que alimentan” ha conseguido el respaldo de benefactores permanentes y logró superar las restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19, durante la cual se demostró la capacidad de organización e inventiva del colectivo rotario, para continuar satisfaciendo los requerimientos de los vecinos.
Comentarios
Publicar un comentario